domingo, 7 de diciembre de 2014

El marcador engaña.

Partido de dos caras. Una primera parte donde el rival ha puesto en evidencia los desequilibrios y deficiencias de un equipo blaugrana que no acaba de encontrar su puesta a punto. Y una segunda donde el empate en el minuto 44 ha pesado en la moral del rival y se ha venido del todo abajo con el segundo gol nada más empezar esta parte. De ahí la consecución de cinco goles que han maquillado un resultado que no ponía sobre la mesa los problemas futbolísticos que hay.
De inicio un equipo considerado titular si no contamos a Iniesta que acaba de salir de una lesión.
Dominio del Barça como era de esperar y un rival que se posiciona defensivamente pero con la línea de defensa bastante adelantada para achicar espacios. El Barça mueve la pelota con cierta lentitud y poco movimiento posicional, además de tener a Luis Suárez de delantero centro y colocando a Messi por banda derecha pero bastante retrasado, lo que le hacia participar poco del juego del equipo. Los delanteros por dentro formaban un embudo sobre el área que provocaban un atasco descomunal de piernas, por donde era imposible combinar. Se intentaba una y otra vez sin éxito.
A partir de ahí, juego espeso sin creatividad ni ocasiones de gol. Entonces llega lo inesperado. Busquets pierde la bola en medio campo provocado por una falta de un delantero rival y se genera una contra de dos contra dos. Mascherano coge a su par y le sigue en su apertura lateral y Sergio García conduce ante la pasividad de Piqué que va retrasando su posición y permite que llegue al área y dispare. Bravo queda vendido sin posibilidad de pararla.
Esto ha generado nervios en el equipo pasando por sus peores minutos donde el rival se permitía defender bien y salir en contras. En una de ellas han podido ponerse cero a dos si no es por un mal control de un rival y Bravo llega antes al balón para despejarlo.
Pero a falta de un minuto para el final del primer tiempo, ha aparecido Messi con un disparo con rosca desde fuera del área consiguiendo el empate en el marcador.
Antes ya había disparado una falta directa al larguero. Y ese era todo el bagaje ofensivo contra la portería de Kiko Casilla.
En la segunda parte, Messi ha vuelto a marcar enseguida el segundo, de nuevo de disparo desde el borde del área, incluido un caño a un defensa. Esto ha matado el partido de forma irremediable porque a partir de aquí, ellos ya no han tenido la intensidad inicial y Bravo no ha vuelto a sufrir en el resto del partido.
Piqué a la salida de un córner, insólito en este equipo, remata de cabeza al fondo de la red. A partir de éste gol, Luis Enrique ha comenzado con los cambios reservando a Rakitic, Luis Suárez y Busquets para el miércoles. Han entrado Iniesta, Pedro y Mathieu.
Pedro ha conseguido el cuarto después de un pase largo de Alba que le habilita ante el portero rival y le engaña en su salida cruzando el disparo.
El quinto para Messi, hat trick de nuevo, en una excelente jugada combinativa con Pedro, que parece que el gol le ha despertado. Buenos minutos finales con esta delantera que parece que equilibra mejor al equipo. Pero es difícil dejar sentado a Luis Suárez en el banquillo.
Nos espera una travesía por el desierto porque no se ve que el equipo mejore, todo lo contrario, cada vez se le hace más difícil el ataque posicional contra unos rivales bien posicionados.

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