domingo, 4 de octubre de 2020

Ya sabemos donde estamos.

Si con esto once jugadores tenemos que disputar toda la temporada, mal vamos. Físicamente se ven superados por rivales como el de hoy, muy fuertes físicamente y con una alta presión a la salidas del Barça.
Si entendemos que Koeman no ve mejores piezas en el equipo, tenemos un problema gordo para cuando se jueguen los partidos importantes. Porque si a estas alturas no salen a jugar otros jugadores del equipo en el equipo titular después de partidos tan seguidos, vamos muy mal.
Por cierto, Dembélé no gusta al cuerpo técnico. Tres partidos y sin aparecer.
El Sevilla ha golpeado primero pero el empate ha tardado sólo un minuto. Y suerte. Porque a partir de ahí, el Barça no conseguía superar la presión del rival y le costaba llegar un mundo al área contraria.
Alguna corta del Sevilla nos ha pesto contra las cuerdas pero por suerte, no conseguían rematar o lo hacían mal.
La segunda parte ha sido un quiero y no puedo. Entonces se han hecho cambios pero el nivel del equipo no subía. Y es lamentable llegar a los últimos minutos del partido con el resultado poco favorable y el equipo no da más de sí. El ritmo bajo se ha mantenido hasta el último minuto.
La presión del equipo al rival desgasta al equipo sin obtener frutos porque el hecho de que Messi no participe de la misma, nos deja en inferioridad de condiciones. Y en rival la supera con una facilidad pasmosa. Defendemos con diez y luego no da para atacar.
Sólo se juega por banda izquierda. La derecha no existe. Por lo que Griezmann lo tenemos para defender en esa banda junto a Sergi Roberto.
Hoy hemos vuelto ha buscar en exceso a Messi y eso merma la capacidad ofensiva del equipo, en mi opinión.
Después de dos partidos que prometían hoy nos tenemos que bajar al barro para ver la realidad del equipo. Era sólo cuestión de enfrentarnos a rivales de entidad para ver que las cosas no han mejorado.

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