Tanta euforia me generaba ciertas dudas pero no me esperaba que el equipo tuviera la bajada de rendimiento que ha sufrido al final de las dos partes.
Y eso que el partido ha ido por los derroteros que se esperaban. El rival en su campo esperando salir a la contra y el Barça controlando el tempo del partido sin pérdidas en zona peligrosa.
Enseguida ha llegado la primera de Suárez que incomprensiblemente no conseguido rematar. Después ha llegado el penalti sobre Messi que no ha querido pitar el árbitro. La duda está únicamente si es fuera o dentro del área. La falta es clamorosa. Pero ese solo ha hecho que enrarecer el perdido con un Barça que ha empezado a perder la compostura en la primera parte. Esta vez sin consecuencias para su portería.
La segunda parte ha empezado igual. El Barça atacando y el rival replegado. E incluso poniéndose por delante en el marcador con un remate de cabeza de Piqué a la salida de un córner.
Pero una jugada desgraciada en defensa ha hecho que suba el empate al marcador. El equipo no parecía aguantar físicamente bien las estiradas del rival. Entonces ha llegado el cambio de Arda Turan por Rakitic que ha dejado la media con menos recursos físicos y el rival lo ha aprovechado.
La expulsión del señor Ramos después de cinco faltas todas merecedoras de tarjeta, parecía que podía dejar el resultado en tablas. Pero el Barça se presentaba con unas líneas muy estiradas y demasiados espacios a cubrir, baja presión arriba y el rival lo ha aprovechado. Un segundo gol que con los pocos minutos que quedaban se hacía insalvable.
No ha habido ocasiones de poder empatar y esto generará dudas alrededor del equipo. Esperemos que el martes en Champions se disipen.
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