sábado, 9 de mayo de 2015

Partido de resaca.

Era lo normal. Después de un partido intenso como el del miércoles y con tan pocos días para recuperar, lo lógico era que el nivel del equipo bajase un poco.
El equipo ha estado intenso, no ha habido bajón físico, pero la finura en el pase ha bajado muchos enteros, además de un ritmo más lento. Esto permitía la buena defensa del rival que cuando podía presionaba al Barça en su defensa pero si era superada, se replegaba alrededor de su área con muchos hombres.
Por eso la primera parte ha acabado con empate a cero a pesar de las ocasiones perpetradas.
Ya un primer remate de Luis Suárez de cabeza se ha ido fuera rozando el palo, aunque él indicaba a sus compañeros que era un pase.
Pero el portero rival ha estado muy bien con paradas a todos los remates que le venían.
Pero la segunda parte ya ha empezado con una presión sobre la portería rival que ha provocado varios córners seguidos hasta que ha llegado el gol de Neymar, al rematar de cabeza un centro de Alves que había tocado un defensa antes.
Partido encarrilado y si ni fuera por lo escaso del marcador, decidido por las pocas aproximaciones del rival al área de Bravo. Incluso Luis Enrique para evitar males mayores ha cambiado a Bartra y Xavi para dar entrada a Busquets e Iniesta para mejorar la consistencia del equipo.
Y al final era tal la confianza, que el último cambio ha sido de Pedro por Rafinha para aumentar la pólvora en ataque. Messi se ha situado de media punta, en un partido donde parece haberse reservado dado el esfuerzo del otro día. No ha estado fino y al final presentaba cierta de separación e individualismo por conseguir su gol.
Entonces ha llegado el gol de chilena de Pedro a falta de diez minutos lo que ha asegurado el resultado y resuelto un partido de poco fútbol pero que acerca mucha más al título de liga.

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