martes, 2 de abril de 2019

Curioso partido.

Quince minutos iniciales de partido que parecían devolver confianza a jugadores como Coutinho y Malcolm, que habían conseguido un gol cada uno generando jugadas de gol contra la defensa que se ha puesto de moda con cinco hombre atrás. Esto con Messi en el banquillo.
Pero cuando el rival parecía hundido y el Barça dominaba el partido, ha llegado el gol del Villarreal y esto ha tocado más al Barça. Ha perdido el control del partido y poco a poco han ido cayendo goles del rival. Al inicio de la segunda parte el empate, que ha generado la entrada de Messi en el campo. Y a los dos minutos el tercero. Los dos centrales no podían con sus parejas de baile. Y en la segunda parte se han visto desbordados por todos lados. Umtiti no está recuperado de su lesión. El juego no mejoraba para que cayera un cuarto.
A partir de ahí, jugadores cabreados, reparto de tarjetas a varios jugadores y imagen penosa dejando claro que el equipo sólo puede salir con los titulares. Cualquier cambio toca demasiado el resultado del juego.
Pero lo que es el fútbol. Un gol de falta directa de Messi ha recortado distancias en el último minuto sin contar el descuento, ha puesto el miedo en el cuerpo del rival y el Barça ha dado el último apretón. Un último córner lo saca Messi y después de varios rechaces, el balón llega a Luis Suárez que remata al fondo de la red. Empate a cuatro en un partido muy descontrolado.
No habrá más rotaciones hasta que la liga esté decidida.

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