Entrada en el equipo de Coutinho por Dembélé como única novedad en el equipo titular. El equipo que es más solvente de cara al marcador pero que sigue sin demostrar un gran fútbol, jugando muy pendiente de defender y aprovechando las individuales de arriba.
Y así ha sido la primera parte. Presión alta del rival y defensa adelantada, con Barça atrás con pérdidas constantes de balón. Pero el equipo parecía cómodo con ese rol.
Sólo una ocasión de gol en dicha parte y un gol que ha subido al marcador para llegar al descanso con ese gol de ventaja.
Luego diez minutos en la segunda parte donde han llegado dos goles más, el 400 de Messi en liga, y dos ocasiones más clarísimas que no han subido al marcador.
La claridad en el marcador ha dejado al rival sin armas y Valverde ha aprovechado para probar una nueva versión táctica. Dos medio centros, Dembélé y Coutinho por banda más en medio campo que en ataque, y Messi con Luis Suárez arriba. El ataque no ha mejorado mucho, alguna que otra contra pero tampoco se han pasado apuros atrás.
El equipo ya no domina ni controla la pelota y prefiere resguardarse atrás.
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