El resultado ha sido lo emir del partido. Un Barça llevando el control del partido y un rival que se limitaba a defender y salir a la contra. Pero incluso con ese juego, siempre se ha visto más cerca el gol de ellos que el propio.
La telaraña defensiva era densa. Cinco atrás, cuatro en el centro y un solo punta. Siempre cerca de su área. Primeros minutos de control pero como sucede últimamente sin remate a portería. A los pocos minutos un intento de empuje del rival, situando a los blaugranas en posiciones más defensivas. Pero un espejismo.
Después, de vuelta al control pero sin profundidad, un fútbol excesivamente lento, buscando la zona central que estaba repleta de jugadores y con las bandas un poco abandonadas. Alba y Sergi Roberto no encontraban posiciones ni situaciones adecuadas de ataque.
Pero la verdad es que antes del descanso William ha tenido dos disparos al palo que podrían haber situado un marcador muy adverso ya en la primera parte. Por suerte se ha llegado con el empate al mismo. Messi venía muy atrás a recibir y se alejaba mucho del área.
La segunda parte ha seguido el mismo guión. Hasta que una jugada de estrategia a la salida de un córner en corto, quedando William totalmente solo en la frontal del área, cogiendo posición de chut y disparándo de rosca a la base del palo, lejos de las manos de Ter Stegen.
Por suerte, un regalo de la defensa rival en su frontal ha hecho que Iniesta recibiera entrando al área y dando un pase atrás para el remate de Messi al fondo de la red.
Empate final en un partido con más emoción que fútbol.
La vuelta decidirá pero la eliminatoria se encara hacia el lado blaugrana.
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