Partido algo extraño. Cambios en la alineación sobre lo que se preveía pero el sábado hay un partido complicado contra el Espanyol, para ellos el partido del año. Entrada de Vermaelen, Mathieu y Sergi Roberto por Piqué, Alba e Iniesta. Rival intenso, por momentos brusco, intentando desestabilizar a los blaugranas. Y en cierto modo lo han conseguido ya que el Barça no encontraba su juego, sin fluidez ni velocidad de circulación de bola.
La primera parte era espesa aunque ellos no generaban peligro. Hasta que el árbitro ha pitado un penalti en una salida de puños del portero que ha arrollado a Messi. Si bien es cierto que el argentino no tenía opción de pelota, la salida del portero ha sido desproporcionada y eso ha hecho que el árbitro pitara el penalti. Podemos calificarlo como mínimo de dudoso.
Para más esperpento, Neymar cae al lanzarlo, la pelota va al larguero y el rechace lo mete en propia puerta un defensa, a la vez que recibe una falta de Rskitic que el árbitro no señala. La indignacion de los heridos era inmensa, varias tarjetas a los jugadores y expulsión del entrenador.
Entre tanto jaleo, el Barça ha conseguido el segundo tras combinar Neymar con Messi dentro del área. Partido encarrilado.
La segunda parte ha empezado con un tercero,de Luis Suárez que ha asegurado los tres puntos y el récord de goles en un año natural. El nivel de juego ha sido algo más vistoso pero sin tirar cohetes.
Lucho visto el panorama ha decidido hacer cambios dando entrada primero a Bartra por Busquets, pasando Mascherano al medio centro, después a Adriano por Mathieu y en los últimos minutos, Munir por Sergi Roberto. Hay que decir que los suplentes siguen sin generar buenas expectativas, generan pérdidas inocentes y una falta de integración en el bloque que hace que sus participaciones sean solo testimoniales.
Al menos hemos podido ver hasta cuatro palos, algunas paradas de mérito del portero y un cuarto gol de Luis Suárez en los minutos finales para redondear la,goleada blaugrana.
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