Partido sin pena ni gloria. Un rival más pendiente de defender que de ganar el partido y un Barça que no acaba de encontrar la fórmula en ataque. Todo pasa por Messi. Los compañeros le buscan una y otra vez sin darse que cuenta que entran en un embudo. No existe ninguna espontaneidad en ataque, nadie se atreve a demostrar su personalidad.
Si además añadimos que Luis Suárez no tiene suerte de cara al gol y con muchas imprecisiones en el pase.
La mala suerte la ha tenido Sergi Roberto con una rotura fibrilar que no sabemos lo que le tendrá apartado de los terrenos de juego.
La entrada de Deulofeu le ha dado algo más de dinamismo al ataque pero sin resultados en el marcador.
Poco bagaje ofensivo, un larguero de Suárez y una falta directa de Messi parada por el portero.
Tendrá que esperar la clasificación a la siguiente jornada aunque no peligra.
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