domingo, 8 de mayo de 2016

Ni Tamudazo ni na de na.

En fútbol no basta con desear algo. Tienes que tener la capacidad de poder hacerlo y el Espanyol está a años luz de poner en aprietos a un Barça, ni tan siquiera ahora que no pasa por su mejor momento de juego. La salvación casi conseguida y las ganas de hacer perder la liga al Barça ha dado para una semana de declaraciones del rival donde les hacía ilusión ganar al rival de la ciudad por el mero hecho de que pierdan han competición en la con cómo,máximo ellos aspiran a salvar la categoría.
La cuestión es que en el minuto 8, Messi de falta directa ha eliminado las posibles dudas que pudieran surgir en el partido ante un Espanyol que no podía apenas salir de su campo con la pelota controlada. Un chut a portería sin peligro todo el bagaje ofensivo de un equipo que intentaba sacar algo positivo del partido.
Un gol de Rakitic ha sido anulado por un fuera de juego inexistente y tampoco se ha pitado un penalti claro sobre Messi. El equipo ha mejorado en cuanto a la intensidad defensiva y la presión de forma que sin hacer grandes alardes ofensivos, llevaba al menos el partido controlado. Pero la primera parte ha acabado con el uno a cero en el marcador.
Luego en la segunda parte se ha conseguido enseguida el segundo gol, obra de Luis Suárez lo,que ha dado la tranquilidad necesaria para que el equipo desarrollara su fútbol de forma más desinhibida.
El rival ya no daba más de sí y el partido se ha convertido en unos minutos plácidos donde han ido cayendo goles hasta llegar a los cinco que han subido al marcador. Otra vez Luis Suárez de cabeza, Rafinha tras un error del portero (a ver si el portero del Granada también desea públicamente que gane el segundo la liga, ya que la cagan de forma estrepitosa en el partido 😁) y Neymar.
La mejora en el juego parece evidente aunque sin alardes, pero parece suficiente para conquistar otra liga que al final se está haciendo un poco larga.

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